Es probable que no lo sepas....


El Hotel Palace (http://www.westinpalacemadrid.com), considerado en 1912 -fecha de su construcción-,  el más grande de Europa, fue levantado en tan  sólo 18 meses. Sus 400 habitaciones estaban dotadas de teléfono al exterior, interfonos e inodoros, algo novedoso en aquella época. Pero, tal vez, lo que te sorprenda saber es que, cuando empezó la guerra civil, en julio de 1936, la primera planta del edificio se convirtió en sede de la embajada de la Unión Soviética en Madrid durante siete semanas.
Y. más asombroso todavía, el 4 de noviembre del primer año de contienda pasó a ser hospital de sangre, denominado Hospital de Base 1, y contaba con 800 camas repartidas entre sus seis pisos. 
En su planta baja se instalaron los quirófanos para aprovechar toda la luz natural que entraba a raudales por la cristalera de la cúpula del salón de baile. Hay que tener en cuenta que, debido a la guerra, no había luz eléctrica. Asimismo, se estableció un hogar para niños huérfanos y viviendas para los que se dedicaban al transporte de los enfermos. Pese a su carácter humanitario, sobre el edificio cayeron dos bombas que, por suerte, no llegaron a estallar.

Esta cúpula vitral permite la entrada de luz natural durante la mayor parte del día.

El denominado Jardín de Invierno está decorado en estilo Art Nouveau.

El  Teatro Real (http://www.teatro-real.com/es ), que fue reformado por completo en 1997, tiene algunas curiosidades que le hacen relevante. Para empezar, cuenta con un escenario de, nada desdeñables, 1430m2, en los que cabría completamente el edificio de Telefónica de la Gran Vía. Por eso, para montarlo son necesarios hasta 300 operarios. 

Admirable es también la colosal lámpara central de 27 toneladas de peso.

Pero tal vez lo más destacable es la forma de  ataúd que tiene el teatro cuando se contempla desde las alturas. Al parecer, ahí existía, tiempo ha, un cementerio cristiano. Vamos, un Poltergeist en toda regla....

Vistas de los tejados de varios edificios, entre ellos el Teatro Real, desde la planta novena de El Corte Inglés de Callao.

El Templo de Debod (http://templodedebod.memoriademadrid.es) es, sin duda, el monumento más antiguo que hay en Madrid con la friolera de 2.200 años.  Se trata de una pequeña capilla que se levantó en la localidad egipcia de Debod dedicada a honrar al dios Amón, padre de todos los dioses, y a la diosa Isis.

¿Pero qué hace esta joya egipcia a más de tres mil  km de su emplazamiento original? Pues fue un regalo que el gobierno egipcio le hizo a España en 1968 por la ayuda económica que nuestro país les prestó para salvar los templos de Abu Simbel que iban a desaparecer al construir la gran presa de Asuán. Junto con España, también aportaron dinero EEUU, Holanda e Italia. 

En junio de 1970, un barco trajo desde Alejandría hasta Valencia  las 1359 cajas de madera que contenían los 1724 bloques que componían el templo. En total, pesaban unas mil toneladas. 
Los arqueólogos españoles tardaron dos años en reconstruirlo porque más de cien bloques se habían enumerado mal y otros se habían perdido, y las autoridades egipcias apenas mandaron referencias para montarlo. Finalmente, se inauguró el 20 de julio de 1972.

 

El Templo de Debod se ubicó donde se encontraba el Cuartel de la Montaña, que fue destruido durante la guerra civil, durante un bombardeo, con la misma situación que tenía en su emplazamiento primigenio: de este a oeste.

Casa Botín (www.botin.es) tiene el honor de figurar en el Libro Guinness de los Récords como el restaurante más antiguo del mundo. Empezó a funcionar como posada en 1725, aunque en 1860 dejó de tener huéspedes para dedicarse únicamente a la restauración. 

Escritores como Galdós o Hemingway lo mencionan en sus libros. El primero en "Fortunata y Jacinta", y el autor estadounidense en "Fiesta". 

Te resultará curioso saber que Goya trabajó en sus cocinas cuando era un mozalbete de 19 años. Por supuesto, fue antes de convertirse en insigne pintor. Hablamos de 1765.

El francés Jean Botin y su mujer fundaron  este establecimiento en 1725.