miércoles, 16 de noviembre de 2016

LOS IMPERTURBABLES TESTIGOS DE BRONCE


En la última entrada os enseñé a los vigilantes que coronan los edificios de Madrid. Unas esculturas aéreas que, la mayoría de las veces, se escapan a nuestra vista al estar a muchos metros de altura. Hoy quiero presentaros a otros lustrosos habitantes hechos en bronce que, impasibles, son testigos del trajín diario de la ciudad. Son unas quince y conviven con nosotros, en las principales calles del centro, pero, muchísimas veces, pasan desapercibidas, dados sus perfectos rasgos y sus prosaicos quehaceres. La mayoría de estas figuras son creaciones de Félix Hernando García (http://felix-hernando-garcia.webnode.es), un prolífico escultor madrileño que ha sabido retratar con un fidedigno sentido de la realidad no solo el cuerpo humano, sino también  las actividades cotidianas de las personas.
Estas son algunas de estas imágenes. Seguro que os las habéis topado muchas veces  pero no habéis reparado en ellas...


En la Plaza de la Paja se halla desde 1997 "El hombre sentado",  de Félix Hernando García. Con pasmoso realismo lee un periódico en cuyo  encabezado figura un quimérico deseo, "Entre todos rehabilitamos Madrid".

Aunque es de tamaño natural, la escultura pasa  desapercibida ya que está en un banco de granito un tanto apartado, en un lateral de la bulliciosa plaza.

"Julia", de Antonio Santín Benito, está reclinada desde el año 2003 sobre el muro de la que fuera Universidad Central, en la calle San Bernardo. Cuentan que ella fue la primera mujer en acudir al paraninfo en los años 40, porque, por aquel entonces, los estudios superiores estaban reservados exclusivamente a los estudiantes varones. Eso sí, para poder ir tuvo que vestirse de chico. (Foto cedida por María Chas).

"El farolero", de Hernando, está justo delante de la Imprenta Municipal desde 1999. 

Entre 1847 y hasta los años 60, los faroleros se encargaron del alumbrado de la ciudad. Con la llegada de la electricidad, se reconvirtieron en serenos, haciendo de vigilantes de las calles durante la noche y hasta el amanecer.

"El barrendero madrileño", también de Hernando García, limpia la Plaza de Jacinto Benavente desde 2001, y supone un homenaje a este gremio. El autor se valió de un amigo suyo, barrendero de Colmenar Viejo, como modelo. Luce el uniforme que usaba este  colectivo en los años 60 del siglo pasado.

La estatua contempla los restos de la antigua iglesia de Santa María de la Almudena.

"El vecino curioso" es obra de Salvador Fernández-Oliva.

Esta obra puede verse  junto al Instituto Italiano de Cultura, en la calle Mayor.


Escultura situada delante de la Biblioteca de Iván de Vargas.

"El lector", otra obra de Félix Hernando, está junto a la puerta de acceso a la biblioteca que fue inaugurada en el año 2011, y es una invitación para que la gente acceda a este espacio público (donde vivió la familia Vargas, patrones de San Isidro).




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