martes, 3 de enero de 2017

¡¡¡QUE VIENEN LOS REYES...!!!

Sí, qué nervios, en dos días descargarán los regalos que llevan a lomos de sus camellos, para alegrar a los niños españoles, como ya hicieron en el año 5 antes de Cristo, al nacer Jesús. Una conmemoración que, cada Navidad, queda representada en los diferentes Nacimientos que se muestran en el mundo católico.
Uno de los más espectaculares es el Belén Napolitano que puede verse en el Palacio Real de Madrid hasta el próximo día 8 y que, de hecho, empezó a coleccionar el propio Carlos III cuando era niño. Se expone en el Salón de Alabarderos, junto al retrato de Felipe VI y su familia, pintado por Antonio López. Como no permiten hacer fotos, os muestro este otro Nacimiento que se exhibe en la Real Casa de Correos de Sol y que también merece la pena ver.
Este año pasado, se conmemoraba el tercer centenario del nacimiento de Carlos III, que trajo desde Nápoles tradiciones como la de instalar en Navidades un Pesebre que, cada año, cambiaba las ropas de sus personajes y hasta su propia escenografía. Y es que este tipo de Nacimiento es de los más antiguos de los que se tienen referencias. Tanto es así que hay constancia documental de uno que se instaló en la Iglesia de Santa María del Pesebre en el año 1025. Además, las primeras figuras de barro cocido, que aún se conservan en Nápoles, datan del siglo XV.
Ya en el siglo XVII adquiere su particular estilo Barroco, con los personajes hechos de madera,  y su representación no sólo se centra en el Nacimiento y la Adoración de los Reyes Magos, sino que también quiere mostrar el día a día  de la vida en una ciudad, con sus tabernas, sus negocios, sus ocupaciones, sus alegrías y hasta sus miserias.
El reinado de Carlos III de Borbón, a mediados del siglo XVIII, es cuando esta representación Navideña adquiere su máxmo apogeo, y se añaden elementos de ensalzamiento de los logros de este monarca (como hacer que Jesús nazca en las ruinas de un antiguo templo, como homenaje al descubrimiento de Pompeya y Herculano durante su reinado; o incorporar personajes de distintos rangos sociales, restando el halo sacro de estos Nacimientos; los rostros de las figuras aparecían sonrientes, su vestuario era de tela y no pintado sobre el cuerpo, y los escenarios muy realistas y repletos de detalles que convertían estas muestras en auténticas obras de arte).



El Puente del Rey que conduce a la Puerta de San Vicente y al Palacio Real.


El Palacio Real al fondo y, en primer plano, la Puerta de San Vicente.

Llos lavaderos del Manzanares, donde, hasta entrado el siglo XX, se lavaba y se tendía la colada.


Réplica del Puente de Segovia, el más antiguo de la ciudad, construido entre 1582 y 84 por Juan de Herrera.



Se han recreado a la perfección típicos monumentos de la ciudad, como el Palacio Real, San Francisco el Grande o el Puente de Segovia.


La Asociación de Belenistas de Madrdid empezó en el mes de marzo a trabajar en esta creación que ocupa una extensión de 150 metros cuadrados y en la que, para homenajear a este monarca, considerado el mejor alcalde de Madrid, se han reproducido los principales edificios y monumentos que se levantaron durante su reinado (1759-1788).




Este edificio, una tradicional corrala, alberga una posada. Para hacerla más real, hay luces en el interior, y de sus chimeneas sale humo.




Al fondo, el edificio de Correos (que también cumple 300 años), actual sede de laPresidencia de la Comunidad de Madrid, en uno de cuyos patios se exhibe este Nacimiento que cuenta con más de 500 figuras. Puede visitarse gratuitamente hasta el 5 de enero.



Las campanas de la torre de la Iglesia de San Ginés repican de verdad.

En la entrada se ha ubicado el nacimiento.




A un lado, la fuente de Cibeles y sus leones, Hipómenes y Atalanta. Detrás, la puerta de Alcalá.


En el interior de esta casa, puede verse a una familia decorando su propio Nacimiento.



En la carroza puede verse al Rey, Carlos III, junto a su esposa, María Amalia de Sajonia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario